
Mientras comía helado y leía algunos de los más maravillosos versos de Baudelaire, encontré esto y me recordó a tí:
¿Qué me importa que salgas del Infierno o del Cielo,
oh, Belleza, monstruosa, toda espanto y candor,
si tus ojos, sonriendo, van a abrirme la puerta
de un ansiado infinito que jamás conocí?
De Satán o de Dios, ¿qué más da? Ángel, Sirena,
¿qué más da si al fin tornas -hada de ojos nocturnos,
ritmo, luz y perfume, oh mi reina y señora-
menos ruin este mundo y este tiempo más leve?


No hay comentarios.:
Publicar un comentario