Estaba tenso. Miraba a los transeuntes naufragar en un mar pavimentado de gente sin ideas. Estaba llegando el momento, y mis nervios explotarían salpicando de miedo todo mi cuerpo. Veía como la gente percibía mi miedo, mi dolor, mi angustia. Pero estaba decidido. Era ahora o nunca. Llegué al lugar indicado, y conocí a mi verdugo, quien me haría pasar los peores 10 minutos de mi vida. Una vez las herramientas listas, la tensión comenzó a crecer y una helada sensación invadió hasta los más reconditos lugares de mi ser. El dolor punzante y el miedo al error eran inevitables. Mas como dice el dicho: Sarna con gusto no pica. Y así era. Pero fue en ese preciso instante en que mi cabeza comenzó a maquinar y a imaginar los peores momentos. Y de repente ¡CLICK!, el dolor había cesado. Ya estaba todo listo. El arete pendía de mi nariz, y yo era el hombre más feliz del mundo. Logré superar mis miedos, me enfrenté al monstruo con hombría y caballerosidad. Después de todo, no fue tan malo.
Pequeño relato sobre el pendiente en la nariz de Juni, capítulo 22: "Vorágine".
Proximamente: ¡FOTOS!
Bienvenidos terricolas!
martes, 6 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
MELA & JUNI
Manucho / te quiero mucho. / Amigo: / estoy contigo.
Luca not dead


No hay comentarios.:
Publicar un comentario